7. ago., 2016

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LA ESTACION FERROVIARIA

Las fracciones donde se construyó el camino ferroviario fueron en principio confiscados mediante el imperio de la Ley 1240 y, luego  adquiridas a sus propietarios. El 19 de junio de 1893, se firmó la primera escritura traslativa de dominio de un terreno ubicado en el Km. 44 del ramal Victoria-Coronel Zelaya. Esta operación se realizó entre los vendedores Cecilio Ramón Beliera y hermanos y la empresa concesionaria del Ferrocarril Central Argentino, que en una primera etapa colocó un apeadero y mas tarde construyó la estación de pasajeros con los correspondientes servicios de encomiendas, correo y playa de maniobras, denominada por la empresa ferroviaria “Estación Garín”.

Nota del autor: las razones de esta denominación nunca han sido encontradas. La suposición más lógica podría ser que la empresa ferroviaria haya tomado como referencia el accidente geográfico más cercano al lugar de construcción de la estación, en este caso un curso de agua conocido como arroyo Garín.

EL PRIMER POBLADO

La venta de los terrenos adyacentes a la estación ferroviaria nació por iniciativa de los hermanos Cecilio Ramón y Juana Beliera, quienes procedieron a dividir las tierras que se ubicaban al noreste de la playa del ferrocarril, con el correspondiente trazado de calles. La mensura no superó ocho parcelas, todas de formas  irregulares, siendo su límite la calle 5 (luego Garibaldi, hoy Lamberti). Mientras que las tierras ubicadas al sudoeste de la estación, fueron divididas en tres grandes fracciones irregulares, que no superaban la actual calle Fournier y Peirano, que era un antiguo camino vecinal que se internaba en los tambos y chacras de la zona.

Este proceso de “semi-urbanización” (pues solo se trazaban las calles y se amojonaban los lotes, sin ninguna otra clase de servicios) permitió la instalación de los primeros comercios junto al Bulevar de la Estación (luego Henry Ford y hoy Presidente Perón), cuyo resultado fue un muy lento crecimiento demográfico, que se activó por acción del primero y segundo remate de tierras realizado en 1907 y 1910. El primer poblado estaba compuesto en principio de once manzanas, distribuidas a ambos lados de la estación, con una gran zona rural donde se asentaban pequeñas estancias, tambos, chacras y hornos de ladrillos.

PRIMEROS VECINOS DEL PUEBLO   

Entre los nuevos propietarios de tierras se destacaban don Pablo Lamberti, quien, en el año 1893, adquirió un campo e hizo construir una señorial residencia frente a un camino vecinal (Cnel. Pringles y Córdoba). En el año 1895, don Pablo hizo levantar el inmueble donde funcionó la primera panadería del pueblo, que puso a cargo de don Antonio Fagliani, bautizada en 1910 como “El Centenario”. En 1898 gestó la instalación de la primera escuela primaria, en una casona de su propiedad, que funcionó en ese lugar desde el año 1898 hasta 1915.

Alrededor del año 1895, don José Angel Caferatta adquirió unos terrenos frente a la estación ferroviaria donde construyó una confortable casona y un local comercial donde funcionó uno de los primeros almacenes de ramos generales, mas tarde ferretería y corralón de materiales (Bulevar de la Estación entre Sarmiento y Las Heras).

Antes de cruzar el paso a nivel de la calle Belgrano, se encontraba otra antigua casona que había pertenecido a la familia Lani (italianos), luego talabartería regenteada por don Antonio Nicolás Sansa. Cruzando el paso a nivel sur se encontraba la herrería de don Manuel Pérez instalado en el pueblo por 1905. En el año 1890 se abrió la primera carnicería regenteada por don Gregorio “Goyo” Iglesias. Al oeste de la estación (entre las actuales calles Dechiara y Ayacucho) estaba el almacén de ramos generales de don León Palacín, precedido por dos fuertes palenques. Metros más adelante y frente mismo a la estación estaba el rancho de don Ceferino Peirano, que hacía las veces de posada y pulpería con un breque de alquiler para servicio de los transeúntes. En el año 1927, en ese mismo lugar se instaló don Miguel Mansur, propietario de la famosa Tienda Mansur, antiguo comercio del pueblo todavía en actividad. En la otra punta del bulevar de la estación, a pasos del otro paso a nivel norte, estaba la casona de don Fructuoso Díaz, hoy demolida, para dar lugar a la actual avenida que lleva su nombre, donde mantenía dos volantes como coches de alquiler.

Junto a la finca de Díaz estaba el almacén de don Sebastián Portillo, quien en el año 1890 habilitó la primera Estafeta Postal del pueblo. Alrededor del año 1913, don Cayetano Bourdet instaló otro almacén de ramos generales y despacho de bebidas en la actual esquina de Bourdet y Pte. Perón. En el año 1914 los hermanos Cigliutti compraron campos donde explotaban un tambo y un matadero, regenteando también un reparto de carnes y una carnicería. Otro personaje de entonces fue don Angel Machín, alambrador de oficio, asentado en el pueblo por el año 1911.

Alrededor del año 1890, los Bedoya y los Ressio, compraron campos alejados de la estación ferroviaria donde construyeron sendas quintas de fin de semana, en tierras hoy ocupadas por los barrios Bedoya y Garín Oeste.